domingo, 3 de junio de 2018

Farigola & Menta

"Tenéis que ir, os va a encantar". Y fuimos. Y nos encantó. Y volveremos.

Os estoy hablando de Farigola & Menta Bistró Restaurant, un restaurante situado en el corazón de Torrent que, a pesar de estar abierto desde 2006, yo lo he descubierto ahora. ¡Y menudo descubrimiento!

Ya desde la puerta, me encanta la estética del local, es como adentrarse en los callejones de Ibiza; el servicio, desde la entrada, también es muy bueno, algo que se agradece. Pronto nos ofrecen la carta y alucinamos... platos muy diferentes, mezcla de sabores, baos, creps, bocatas, hamburguesas... ¡Hamburguesas!

Como entrantes, nos decidimos por las croquetas de gallina a la vainilla y 2 baos, pato Pekín y fritura de calamar a la andaluza mayonesa cítrica y lima:


Las croquetas estaban muy buenas. El rebozado estaba muy crujiente y el interior tenía un toque avainillado muy diferente. 



Los baos, espectaculares. El de pato, más común. Sin embargo, el sabor cítrico del de calamar lo hacía muy diferente y especial. El pan del bao, buenísimo.

Como platos principales, pedimos un bocata y tres hamburguesas. El bocata fue para mí. Pechuga de pollo, huevos de codorniz y tomate rallado. Sencillo pero riquísimo.


En cuanto a las hamburguesas, las elegidas fueron: Buey. Una jugosa carne acompañada de salsa chimichurri, queso provolone y bacon.


Búfalo, deliciosa carne ahumada, mostaza de Dijon, queso de cabra y cebolla caramelizada.


Y Nebraska, ternera con salsa de boletus, champiñon portobello y foie.


Tras la degustación, los comentarios fueron muy buenos. La carne siempre jugosa y en su punto; el pan muy tierno y bueno; hamburguesas nada "gorrinas", y el acompañamiento, perfecto: patatas tipo Deluxe, una mini ensalada y una salsa de tomate casera riquísima. En resumen, en conjunto, de las mejores hamburguesas que hemos probado.

Dejamos un hueco para el postre. No sabíamos que todavía iba a mejorar todavía más nuestras impresiones del restaurante. ¡Hasta la carta nos sorprendió! 



Nos avanzaron que los cuatro primeros eran trampantojos. De ellos nos quedamos con EL AGUACATE. Cremoso de chocolate con tierra de brownie, mousse de vainilla y crema de lima en el hueso.


Simplemente, ESPECTACULAR. La presentación, la combinación de texturas y sabores... ¡todo! 

También pedimos la Tarta de queso con arándanos. Presentada en tarro de cristal, para mi gusto estaba demasiado fuerte de sabor (no me gusta el queso), pero al resto de comensales les encantó.



Nos quedamos con las ganas de probar otros postres. ¡Los hubiéramos pedido todos! Y, teniendo en cuenta que también nos faltaron algunos entrantes y principales por probar, tenemos claro que volveremos. Y muy pronto.

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