lunes, 12 de octubre de 2015

La Mary

Tengo tantas entradas pendientes, que no sé por dónde comenzar. Voy a hacer de más reciente a más lejano, con el riesgo de que alguna se quede por el camino. Intentaremos que no sea así, pero no prometo nada.

Anoche estuve en La Mary. Había pasado por la puerta en varias ocasiones, pero no me había fijado en este restaurante situado en el centro de Valencia y que, tras indagar un poquito, descubrí que es un franquicia.

El local es muy bonito y espacioso, con ese estilo 'vintage' que tanto se lleva ahora. Las primeras impresiones fueron buenas. La carta, muy variada. Desde los típicos entrantes "americanos" hasta arroz a banda. Seguimos con las buenas impresiones.

Para pedir, nos dejamos recomendar por la pareja con la que fuimos a cenar, puesto que ellos ya habían estado en más de una ocasión. Como entrantes, croquetas de jamón y jamón y queso y tiras de pollo crujiente con dos salsas.

No son las mejores croquetas que he probado. De hecho, las de jamón y queso tenían un sabor agrio que no me gustó nada. No fui la única que lo notó. Creo que es el tipo de queso que, al freirlo, pudo haberse agriado.


Las tiras de pollo estaban mejor. Las salsas no las supe identificar. Una me supo a salsa tártara, la otra me trajo recuerdos de restaurante japonés, pero no puedo deciros por qué, porque no la identifiqué.


Como platos principales, mis amigos compartieron un solomillo de ternera con foie y salsa Pedro Ximénez. Pequeño.


Mi marido se decantó por la hamburguesa de ternera con rulo de cabra. Muy buena pinta (y muy limpia...). Probé las patatas fritas y estaban buenísimas.


Yo lo tuve claro desde el primer momento que ojeé la carta. Pollo con curry thai salteado de arroz jazmín, pasas y setas. El pollo con arroz y curry es un plato que me trae recuerdos de mi estancia en Copenhague y cada vez que voy a un restaurante y está en la carta, no lo dudo. Así que ayer lo tuve claro. Y me trajo recuerdos a cada bocado... La salsa estaba buenísima, el pollo muy tierno, el arroz lo vi algo pasado pero compensaba el resto. Me fallaron las pasas, pero las aparté y punto. En conjunto, me gustó mucho y lo volveré a pedir cuando vuelva. Lo tengo claro.


No faltaron los postres. Cada pareja compartió un postre. Coulant de chocolate con helado de chocolate blanco fue el escogido por mis amigos. 


Rafa y yo pedimos Cheesecake con helado y coulis de frambuesa. Original. Y genial. La galleta, en lugar de estar en el culo de la tarta, estaba separada a modo de tierra o crumble. El helado estaba buenísimo y las fresas que acompañaban al plato daban un toque fresco y natural que me encantó.


No pedimos café. Y para beber solo tomamos agua, por lo que salimos a 15 € por cabeza. Un muy buen restaurante en relación calidad/precio. No descarto volver en otra ocasión.