El pasado domingo visitamos La Selva, un restaurante que conocí a través de esta noticia de Valencia Plaza. Y es que ahora mismo, un restaurante con zona infantil, puede ahorrarnos unas cuantas carreras por el restaurante. De hecho, nuestra intención es visitarlos todos. De momento, ya hemos tachado uno de la lista.
Reservé a través de El Tenedor. Tomaríamos el menú Amazonas, que incluía cinco entrantes, un plato principal a elegir y dos postres. Todo (más café y la primera bebida), por 25 €.
Empezamos con una ensaladilla de atún:
No soy muy amante de las ensaladillas, pero he de reconocer que estaba buena. El atún marinado le daba un toque diferente.
Seguimos con el pan bao de panceta teriyaki. Con un toque picante, pero muy buen sabor.
Están de moda los "bao", sí. Pero es que, por lo general, están muy buenos...
Después llegaron las gyozas con salsa Hoisin. Más que a empanadilla japonesa me recordó a la empanadilla criolla. De hecho, en lugar de cocinada al vapor, estaba frita. No obstante, me gustó mucho el sabor.
Seguimos con los tacos de pato con cebolla, pimiento y mango. El contraste de sabores me gustó mucho. El único pero fue la masa de la tortita. Estaba algo correosa.
Por último, llegaron las alitas de pollo crujientes con mayonesa de Kimchee. El pollo estaba muy tierno. Pero muy picante.
Como platos principales, podíamos elegir entre bacalao con verduritas al wok, entraña argentina a la parrilla o arroz meloso de marisco.
El arroz estaba muy bueno de sabor, aunque demasiado hecho. Por lo que respecta a la carne, estaba muy tierna y en su punto. Aunque la ración era algo escasa.
Por lo que respecta al postre, fue el plato que más nos decepcionó. Café en texturas y créme brûlée.
El primero estaba formado por una bola de helado de café cubierta por una Mousse de café.
El segundo era el típico postre francés que recuerda mucho a la crema catalana.
El servicio fue muy bueno. Aunque lo mejor, sin duda, fue la zona de juegos de la que Lucia disfrutó al máximo.
Así pues, recomiendo este restaurante a quienes quieran salir a comer con niños pequeños. Los tienes controlados en todo momento y, aunque el menú no sea de Estrella Michelín, no se come mal del todo.