viernes, 10 de diciembre de 2021

Maratón Valencia 2021: ¡Hemos venido a divertirnos!

 2021 ha sido un año complicado. Diría que incluso más que 2020.

Y como el resto de 2021, llegué a la salida del Maratón de València llena de inseguridades. Creo que tenía miedo de todo: de que me fallaran las piernas, las zapatillas, el estómago o, lo que más temía, la cabeza. 


Tenía claro el objetivo desde el principio, desde que comencé a entrenar en agosto. Se lo dije a Paco, mi entrenador, quiero disfrutarla. Quiero vivir la experiencia un año más, sin agobios, sin complicaciones. La vida ya es demasiado complicada como para también hacerlo mientras corro. Que es una afición, un placer… que lo hago para desconectar.

Por eso cuando los últimos días me hablaban de marcas, yo no me escondía. Me da igual la marca. Me he preparado para estar entre 3h 45’ y 3h 50’. Pero si son 4h 15’ y llego con una sonrisa de oreja a oreja, soy igualmente feliz. Esta vez no hay manta ni tapadismo. 


A todo esto, tengo que contar que las semanas previas al Maratón, después de 9 meses, volví a trabajar. Y lo hice en un trabajo que me apasiona pero me quita muchas horas de sueño y vida. Unir mis dos pasiones (correr + periodismo) hace que te pases el día entero en este mundo. Y si los expertos recomiendan no estar muy pendiente del maratón los días previos, yo tenía Maratón Valencia en todos lados: en el trabajo, en el teletrabajo, en las redes sociales… Así que los últimos días fui un manojo de nervios. ¡Maldita ansiedad!


Pero llego a la salida más tranquila de lo normal. Que pase lo que tenga que pasar. De piernas voy muy bien (me lo dijo el fisio) y el entrenamiento lo he calcado. Va a hacer viento, pero nos dejaremos llevar. El ritmo lo tengo claro: 5:20 el km, hasta que el cuerpo aguante. En teoría, debería aguantar hasta el final.





Fotos de rigor: con la Escuela, con los Tiradalarguers, con Sandra. Voy al cajón de salida bien acompañada. Escucho Nino Bravo y contengo las lágrimas. “Va a ser un Maratón muy de cabeza, Ana”, pienso. Otra vez correrás sola frente a todos tus monstruos.



Monstruos que se diluyen cuando empiezo a correr. Soy feliz y corro emocionada. Y así van pasando los kilómetros. En el 16 me esperan Rafa y Lucia. Es tan bonito verlos. También veo a mucha gente conocida. ¡Cuánta gente! En el 19 aparece Juan Dual, mi Pepito Grillo en este maratón. Me llamó dos días antes para decirme que me acompañaría unos kilómetros. Lo que no sabía es que iba a hacer 20 kilómetros conmigo… ¡Y cámara en mano! (Habrá vídeo...)




Medio maratón. Voy muy bien. Siento que tengo una ampolla en el pie… pero no me impide correr a 5:20. Sí, estoy clavando los tiempos. Vuelvo a ver a Rafa y a Lucia. Qué bonito verlos… Y tanta gente conocida animando… ¡Qué emocionante! 


Se acerca el kilómetro 32, donde estará Ángel, Contador de kms. Os juro que he soñado cientos de veces con este momento desde que corrí en 2019. Y fue tal cual lo soñé. Abracito y a seguir corriendo. 


Llega la peor parte. Esta vez el muro es de aire. De viento. El ritmo baja, pero yo me encuentro bien. No quiere apretar más, estoy a gusto corriendo así. Me da igual si llego en 3:49 en lugar de 3:45. Vamos “recogiendo cadáveres”, como dice mi entrenador. Yo estoy disfrutando. Bailo, canto, sonrío, bromeo… Y sigo viendo caras conocidas… entre ellas, mi mejor amiga. Ni se imagina lo que sentí al verla…




Recta final. Me deja Juan en el kilómetro 39: “Todo tuyo, Ana”. Todo mío. Ya no me quité la sonrisa de la cara. Por primera vez, estaba haciendo un Maratón sin esa tensión en el cuello que no te deja respirar. Estaba respirando, estaba sintiendo. Y ahí vuelven a estar Rafa y Lucia. ¡Esto va por vosotros!



Me queda menos de un kilómetro y no puedo estar más exultante. Primera alfombra azul. “Mierda, esto se mueve mucho… aquí con las Vaporfly me voy al suelo, fijo…”. Ahora, adoquines, “mejor”. Otra vez alfombra azul. Esta vez la buena, la definitiva… soy muy muy feliz. Grito, bailo… y así, llego a meta, oyendo mi nombre en la megafonía, saltando por el #teamsaltito y acordándome de que si soy maratoniana es gracias a él. ES POR ÉL.




PD: Los agradecimientos, en el próximo capítulo.



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