Como os contaba la semana pasada, desde el pasado 21 de junio estoy llevando a cabo lo que en el argot deportivo se conoce como entrenamiento cruzado. Aunque os dejo un par de enlaces (aquí y aquí) con más información al respecto, os cuento a grandes rasgos en qué consiste: practicar otro deportes antes o durante un entrenamiento exigente.
En mi caso, decidí que el verano era la estación idónea para practicar natación y los cursos intensivos de la Escuela Deportiva Municipal de mi pueblo me ayudaron a tomar la decisión. En un principio iba a apuntarme a un curso de perfeccionamiento de 13 días, pero al final se convirtieron en 26.
En mi caso, decidí que el verano era la estación idónea para practicar natación y los cursos intensivos de la Escuela Deportiva Municipal de mi pueblo me ayudaron a tomar la decisión. En un principio iba a apuntarme a un curso de perfeccionamiento de 13 días, pero al final se convirtieron en 26.
Durante ambos cursos me di cuenta de que, nadando, tenía y tengo muchos vicios y manías que habrá que curar con el tiempo, que soy capaz de bucear más de 17 metros y que me gusta nadar. Qué pena que deteste ir en bicicleta, si no...
Lo cierto es que prácticamente he ido todos los días corriendo a natación. Hacía entre 1 y 4 kilómetros que me servían para no perder el ritmo "runner". Y es que hasta el fin de semana pasado no nos habíamos apuntado a ninguna carrera este verano.
Pero este último hicimos doblete. ¡Y qué doblete! El viernes, en la 5a Volta a Peu i Caminata d'Alcàsser, de 7,6 kilómetros, quedé primera en la categoría femenina. Aunque me quedé sin premio, puesto que era una carrera benéfica.
El premio fue más a nivel individual, personal. Como lo fue también el sábado en el VII 10K Sense Límits Aldaia. Por primera vez, desde que salgo a correr, bajé de los 50 minutos en un 10K. ¡Y sin entrenamiento específico! Fue muy emocionante entrar en meta y ver cómo el cronómetro iba restando los segundos hasta alcanzar los 50 minutos...
El premio fue más a nivel individual, personal. Como lo fue también el sábado en el VII 10K Sense Límits Aldaia. Por primera vez, desde que salgo a correr, bajé de los 50 minutos en un 10K. ¡Y sin entrenamiento específico! Fue muy emocionante entrar en meta y ver cómo el cronómetro iba restando los segundos hasta alcanzar los 50 minutos...
Ahora, a partir de agosto, se acabó el recortarle segundos al reloj... hay que pensar en sumar kilómetros a las zapatillas. Ya os iré contando.
Por cierto! En diciembre (si no antes) retomaré la natación. ¿Me atreveré con la bicicleta?